Los perritos de las praderas son mamíferos que reciben su denominación por su hábitat y por su grito de alarma, parecido al ladrido canino. El perrito de la pradera mexicano (Cynomys mexicanus) es una especie de roedor endémica de México. Su trato como una plaga de la agricultura lo han conducido a su estado de especie en peligro de extinción.
El cuerpo tosco, las cortas piernas y el rabo le proporcionan al perrito de las praderas una apariencia lejana a la de las marmotas. Tienen una circunferencia craneal de entre 30 y 35 cm y un peso de entre 800 y 1400 g. Los machos son en promedio algo mayores y un 10% más pesados que las hembras.
La piel está pigmentada en un tono marrón grisáceo, algo más oscuro por arriba. Los perritos de cola negra y los mexicanos tienen una cola de punta negra.
Los perritos de las praderas habitan las praderas norteamericanas. El ecosistema debe ofrecer suelos secos así como hierba corta o mediana.
Como animales diurnos pernoctan en las cuevas que cavan. Los túneles son entre 10 y 15 cm de ancho y 300 m de longitud máxima. Conducen a los nidos, de unos 40 cm de extensión, forradas de hierba, y excavadas a entre 1 y 5 m de profundidad. La tierra extraída se acumula a la entrada, para prevenir posibles inundaciones. La madriguera tiene como mucho una o dos entradas, sólo en casos raros hasta seis. Se alimentan de plantas, principalmente hierba. Mantienen siempre las plantas circundantes siempre cortas para mejorar la visibilidad.
Estos perritos de la pradera son de costumbres diurnas y habitan en suelos libres de rocas en altitudes de los 1.600 a los 2.200 metros en la región sur de Coahuila y Nuevo Leon así como el norte de San Luis Potosí en el norte de México, donde se alimentan de hierbas y pastos nativos del lugar donde viven. Estos roedores adquieren la mayoría del agua de estas plantas. Aunque son principalmente herbívoros, los perritos de la pradera mexicanos se alimentan también de insectos.
Entre sus predadores están los coyotes, el lince rojo, águilas, halcones, tejones y comadrejas. Está en peligro ya que quedan perritos llaneros en un área total menor de 600 km²; además esta área está altamente fragmentada y por si fuera poco, está perdiendo terreno, extensión y calidad de hábitat a una velocidad muy alta. Como consecuencia el número de localizaciones y subpoblaciones está disminuyendo también.